lunes, 22 de junio de 2009

Reabsorción de CO2 Por Hormigón

Foto: Alan Abdulkader, Washington State UniversityMuchos científicos piensan actualmente que por lo menos un 5 por ciento del aporte antropogénico de carbono a la atmósfera proviene de la industria del hormigón, tanto por el uso de energía como por el dióxido de carbono (CO2) que se libera como subproducto de la producción del cemento, uno de los componentes principales del hormigón.



Aún así, varios estudios han mostrado que pequeñas cantidades de CO2 después se reabsorben en el propio hormigón, incluso décadas después de que haya sido colocado, cuando los elementos del material se combinan con el CO2 formando calcita.

Un nuevo estudio sugiere que la reabsorción podría extenderse a otros productos además de la calcita, aumentando la cantidad total de CO2 retirada de la atmósfera por el propio hormigón y reduciendo así su aporte neto a la concentración atmosférica de este gas.

Aunque aún es preliminar, la investigación de Liv Haselbach, profesora de ingeniería civil y medioambiental en la Universidad Estatal de Washington, confirma unos resultados obtenidos por primera vez hace casi medio siglo, los cuales indican que se pueden formar otros compuestos químicos orgánicos en el hormigón además de la calcita. Tales resultados han cobrado una gran importancia en años recientes debido a los efectos del calentamiento global y a la necesidad de combatirlos.

Aunque estos compuestos pueden compensar sólo un cinco por ciento del subproducto de CO2 de la producción del cemento, ese porcentaje representa, en el marco global, una cantidad muy elevada. El hormigón es el material de construcción más usado en el mundo.

Los científicos saben desde hace décadas que el hormigón absorbe CO2 para formar calcita (carbonato de calcio, CaCO3) durante su vida útil en una edificación, y más tiempo incluso si el hormigón se recicla para aprovecharlo en una nueva construcción. Y, debido a que es un poco permeable, el efecto se extiende más allá de las superficies expuestas.

Aunque tales cambios pueden acarrear riesgos para las estructuras de hormigón armado, debido a que el cambio de acidez puede dañar el metal del interior después de varias décadas, el CaCO3 es más denso que algunos de los materiales que reemplaza y puede agregar fuerza a la estructura.

El análisis cuidadoso de las muestras de hormigón que realizó Haselbach parece mostrar que pueden estar formándose otros compuestos además de la calcita. Aunque los compuestos todavía no han sido identificados, ella es optimista sobre su potencial. "Comprender la química compleja de absorción del dióxido de carbono en el hormigón puede ayudarnos a desarrollar tecnologías para acelerar el proceso en materiales tales como el hormigón o el pavimento reciclados. Quizás esto podría ayudarnos a lograr un balance neto de casi cero para el carbono, al menos en cuanto a las reacciones químicas, durante el ciclo de vida de tales productos".

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