domingo, 27 de enero de 2008

La ciencia cada vez más cerca de crear la primera vida artificial en un laboratorio


(www.saludyciencias.com.ar * Por Enrique Garabetyan)
Con el artículo publicado en al edición online de la prestigiosa revista Science, la biología quedó un paso más cerca de la posibilidad de crear el primer ejemplar de vida artificial en un laboratorio. Los biólogos del Craig Venter Institute armaron -en tubos de ensayo- el primer genoma completo y artificial de la bacteria más simple conocida.
Claro que ahora falta cumplir el próximo paso: deben probar si, transplantándolo, logra darle vida a una bacteria artificial, objetivo que esperan probar a lo largo del 2008.
El genoma fabricado fue una copia del de una bacteria común, el Mycoplasma genitalium que suele habitar como huésped en el organismo humano y es la más pequeña conocida, en términos de genoma.
Para la ocasión se lo bautizó como Mycoplasma genitalium JCVI-1.0.
Para lograr este resultado trabajaron 17 investigadores en el Craig Venter Institute (JCVI), institución dirigida por, justamente, Craig Venter que ha estado implicado en temas de genética como la catalogación del ADN humano, desde hace décadas. Venter fue el gran impulsor en el desarrollo de los delicados métodos y técnicas que ahora puso a punto este equipo y que logró completar el rompecabezas que conforma la estructura de ADN más compleja hasta ahora armada artificialmente. De hecho, el genoma de marras está compuesto por 582.970 pares de bases.
Para hacerlo posible se trabajó durante años, armando y ensamblando cadenas de ADN cada vez más grandes. El trabajo final terminó enganchando 101 casetes con información genética, cada uno conteniendo entre 5.000 y 7.000 pares de bases de código genético.
Además, la manipulación incluyó marcar el ADN sintetizado con secuencias únicas para una vez completado e insertado en una bacteria- poder estar seguros de que es el ADN fabricado el que está funcionando.
Con este paso, el segundo, queda por delante dar y comprobar el tercero y final: transplantar el genoma recientemente sintetizado en el laboratorio a una bacteria natural, a la que previamente- se la despojará de su ADN original. Todo culminará si ésta combinación logra desarrollarse y la bacteria se reproduce en forma normal.
Como ejemplo de lo difícil que fue llegar a este resultado, vale recordar que hasta ahora- la molécula de ADN más grande sintetizada tenía un largo de 32.000 pares de bases. Por lo tanto, lograr el genoma de la M. Genitalium -que tiene más de 580.000 pares de bases- es algo realmente complejo. Sobre todo porque cuanto más grande es más frágil.

Y ahora el paso final
El próximo paso también es posible, aunque llevará su tiempo y no se sabrá su resultado. Pero el instituto Venter ya ha probado que es posible transplantar un genoma de una bacteria a otra y que el organismo funcione normalmente.
La vida artificial, por ahora en forma de bacteria, está cada vez más cerca.
Y ¿para qué podría servir un microorganismo artificial?
Aunque por ahora no se sabe si funcionará, o no, esta bacteria artificial, el biólogo Craig Venter se esperanza en que la vida artificial tendrán amplias posibilidades productivas.
Pero Venter afirma que las futuras bacterias hechas a medida, podrán producir en forma eficiente y sin contaminación desde medicamentos a biocombustibles.
En concreto, podrían ser modificadas para convertir a las colonias de bacterias en plantas de manufactura de todo tipo de sustancias y moléculas útiles en la industria química, biológica o alimenticia.
Podrían también contribuir a la limpieza de zonas contaminadas degradando petróleo o combustibles o producir algún tipo de plástico, entre muchas otras opciones.

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